
En cada aspiración el hombre y muchos animales llenan de aire sus pulmones, una persona adulta inhala de 13.000 a 15.000 litros de aire por día.
La calidad del aire que inhalamos no solo es importante para la salud de nuestros pulmones sino que de ella depende la pureza de nuestra sangre, la capacidad de nuestro organismo para sintetizar alimentos, la eliminación de los productos tóxicos, la energía de nuestros músculos, la lucidez de nuestro cerebro y en definitiva la duración y la calidad de nuestra vida.

Cuando la Tierra empezó a desarrollar una corteza sólida sobre un núcleo fundido, se fueron liberando poco a poco gases como el bióxido de carbono, el nitrógeno y vapor de agua para formar la atmósfera de composición no muy distinta a la de las actuales emanaciones volcánicas. El enfriamiento posterior provocó la precipitación masiva de vapor de agua, por lo que ahora ocupa un volumen menor del 4% del total de la atmósfera.
En una fase muy posterior tuvo lugar la acumulación de oxígeno en la atmósfera, debido a que las plantas verdes liberan oxígeno como consecuencia de la combinación de agua y de bióxido de carbono para formar hidratos de carbono.
Por lo menos hasta hoy no hemos detectado atmósferas similares a la nuestra en otros planetas.

Nuestro planeta tiene la atmósfera que su fuerza de gravedad puede sostenerse, esta fuerza es la que hace que los gases antes nombrados no se pierdan en el universo y rodeen a la tierra protegiéndola de algunas radiaciones que harían imposible la vida sobre la tierra.
Formar nuestra atmósfera fue un proceso que llevó miles de millones de años (4.500 millones de años). La atmósfera se divide en tres capas principales:

Su nombre quiere decir zona de turbulencias; dentro de la troposfera se desarrollan los fenómenos climáticos que podemos observar, como vientos, lluvias, temperaturas, y casi toda la formación de nubes, salvo los cúmulos nimbus que son las únicas nubes que superan los 11 Km. de altura.


No hay comentarios:
Publicar un comentario